A su paso por O Carballiño, el río Valga baja sin prisas, disfrutando las lentas curvas de su cauce bajo la sombra de ameneiros y robles (carballos). Con aguas profundas en comparación con el resto de su recorrido, es el hogar perfecto para que las truchas vivan tranquilas, permitiéndoles crecer hasta tamaños más que aceptables. En las pequeñas pozas de sus orillas encuentran su hogar uno de los animales más viajeros del mundo acuático: las anguilas. Desde hace 140 millones de años, hacen un recorrido de más de 4.000 km para llegar desde el mar de los sargazos, en la costa este de Estados Unidos, hasta el río Valga. Aquí crecen y se desarrollan hasta que al final de sus vidas vuelven a recorrer el camino inverso para aparearse y reproducirse, muriendo en el mismo mar que las vio nacer. Sus crías volverán a hacer el mismo camino que sus padres volviendo de nuevo al río Valga.
En las márgenes del río, prados de verde hierba dan al paisaje el color de Galicia, rebosante de vida (grillos, saltamontes, mariposas, libélulas…).
En la zona final del tramo del río que pasa por O Carballiño se encuentra un salto de agua de tantos que presenta a lo largo de la cuenca, adornado por un pequeño lavadero, hoy en desuso, que en tiempos pretéritos tuvo mucha actividad en la aldea.
Abajo, el mapa con su ubicación.
Un pequeño rincón dentro de la belleza de Valga.
Ver O Carballiño en un mapa más grande
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